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El Niño Ingeniero

Corría el año de 1649 en un tranquilo rincón de Inglaterra, donde la curiosidad infantil se entrelazaba con la naturaleza. En medio de un apacible jardín, una abuela observaba maravillada a su nieto de tan solo cinco años, quien emulaba a un cazador acechando a su presa en forma de un pequeño ratón. El niño, con paciencia de depredador, logró finalmente su objetivo: el ratoncito quedó atrapado entre unos trapos viejos. Pero, en lugar de preguntar qué haría con su presa, la abuela dejó que la imaginación de su nieto floreciera.

Un niño de cinco años imita a un cazador en un apacible jardín de Inglaterra en 1649, atrapando un ratón y dejando volar su imaginación, mientras su abuela lo observa. 

El Joven Ingeniero

Al día siguiente, el joven inglés presentó a sus mayores su última creación: un minúsculo molino a escala, completo con una noria, una muela y engranajes, todo diseñado y construido con sus propias y pequeñas manos. Lo más asombroso: el ratón capturado el día anterior proporcionaba la fuerza motriz, como un diminuto asno. Un molino perfectamente funcional, movido por la tracción de un ratón. Y debemos recordar que este joven ingeniero tenía tan solo cinco años.

Así comenzó la extraordinaria vida de Isaac Newton, un niño prodigio que se convertiría en uno de los científicos más influyentes de la historia de la humanidad.

El Gigante de la Ciencia

Isaac Asimov, un renombrado escritor de ciencia ficción, una vez se preguntó quién era el científico más importante de la historia. Nombró a figuras ilustres como Albert Einstein, Watson y Crick, y Charles Darwin. Sin embargo, cuando se trata del más importante, su respuesta fue inequívoca: Isaac Newton.

Newton desentrañó los misterios de la gravedad, inventando así la mecánica celeste y arrojando luz sobre causas previamente desconocidas en la astronomía y la física. Además, revolucionó las matemáticas al inventar el cálculo integral y desarrollar el cálculo infinitesimal. Sus investigaciones también llevaron al descubrimiento de la propagación de las ondas, sentando las bases de la acústica. En el campo de la óptica, Newton descubrió la descomposición de la luz y diseñó el telescopio reflector y el sextante.

El Desafío de Bernoulli: La Zarpa del León

Este artículo no busca ser una biografía exhaustiva de Newton, ya que existen numerosas y excelentes obras al respecto. En cambio, vamos a revivir una anécdota que ilustra su genialidad: el episodio de “La Zarpa del León“.

En 1697, en Londres, se presentaron dos desafiantes problemas matemáticos a la comunidad científica. Se otorgó un plazo de seis meses para resolverlos, pero ni siquiera con una extensión de seis meses adicionales, alguien había logrado resolver uno de los problemas y el otro esperaba una solución elegante y general. Fue entonces cuando Sir Edmond Halley se dio cuenta de que Isaac Newton no había sido informado del desafío. Le llevó los problemas, y Newton, el padre de la gravedad, los resolvió en tan solo diez horas. Publicó las soluciones de manera anónima.

La Garra del León: Reconociendo al Maestro

El organizador del concurso, Johann Bernoulli, al leer las soluciones, afirmó que estaba seguro de que el ganador era Newton. Cuando le preguntaron cómo podía estar seguro, dado que el artículo era anónimo, respondió con la famosa frase: “Tanquam ex ungue leonem“, lo que significa “por sus garras se conoce al león“, en referencia al estilo claro, conciso y brillante de Newton que era fácilmente reconocible.

Participantes y Legado

Los dos problemas de Bernoulli fueron planteados ante miembros de la Real Sociedad de Ciencias británica, incluyendo a Leibniz, Halley, Robert Hooke, el Marqués de L´Hôpital, y otras figuras intelectuales destacadas. Sin embargo, solo Newton logró resolver ambos problemas de manera elegante y general, destacando aún más su genialidad.

Conclusion: Un Gigante de la Ciencia

Isaac Newton, el niño que construyó un molino a ratón a los cinco años, se convirtió en una figura inigualable en la historia de la ciencia. Su capacidad para resolver problemas matemáticos desafiantes y su profundo impacto en la ciencia moderna son testimonio de su legado perdurable. Sus garras, sus logros, y su genialidad siguen siendo reconocidos y admirados hasta el día de hoy.

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