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El Mosaico de Megiddo y sus Revelaciones

Un reciente hallazgo arqueológico en Israel ha captado la atención de estudiosos y creyentes por igual, al descubrirse la inscripción más antigua que menciona a Jesús como Dios. Este hallazgo, calificado como “el mayor descubrimiento desde los Rollos del Mar Muerto”, tiene el potencial de revolucionar la comprensión de los primeros cristianos y sus prácticas religiosas.

El Contexto del Descubrimiento

Durante la expansión de una prisión de máxima seguridad en Megiddo, una antigua ciudad en el Valle de Jezreel, trabajadores descubrieron en 2005 un mosaico que data del año 230 d.C. Este mosaico, que alguna vez decoró una sala de oración cristiana, permaneció oculto bajo el suelo de la prisión por casi dos décadas. Ahora, este invaluable tesoro ha sido trasladado temporalmente al Museo de la Biblia en Washington, D.C., donde estará en exhibición hasta julio de 2025.

«Gaianus, también llamado Porphyrius, centurión, nuestro hermano, ha hecho el mosaico a sus expensas como un acto de generosidad».

Gaianus es un nombre latino, pero su nombre coloquial, Porphyrius, es griego. Esto podría indicar que procedía de una de las provincias orientales. El hecho de que no utilizara su nombre romano completo también podría indicar que Gaianus dedicó este mosaico a título personal, y no oficial. Aunque «hermano» es la forma habitual de referirse a los cristianos, no es seguro que Gaianus fuera cristiano.

En esta representación artística de Gaianus, éste sostiene una vitis, símbolo de su rango como centurión. Museum of the Bible

¿Qué Hace Único Este Mosaico?

El mosaico destaca por contener una inscripción en griego antiguo que menciona:

“El amante de Dios, Akeptous, ha ofrecido la mesa al Dios Jesucristo como un memorial.”

Esta frase no solo confirma que los primeros cristianos reconocían a Jesús como Dios, sino que también ofrece una evidencia tangible de sus prácticas de fe.

Además, el mosaico incluye imágenes de peces, uno de los primeros símbolos utilizados por los cristianos para expresar su fe. Estas representaciones podrían aludir al relato bíblico de la multiplicación de los panes y los peces en el evangelio de Lucas, donde Jesús alimentó a una multitud de 5,000 personas.

«El amante de Dios Akeptous ha ofrecido la mesa a Dios Jesucristo como memorial».

La inscripción nos dice que Akeptous donó la mesa, el centro de la sala. Es posible que fuera una mujer con recursos económicos y posición social. Se la llama philotheos, «amante de Dios». La mesa se situaba en el centro de la sala y probablemente se utilizaba en la celebración de la Eucaristía, o Cena del Señor.

Museum of the Bible

Mujeres y Cristianismo Primitivo

Uno de los aspectos más fascinantes del mosaico es la mención de cinco mujeres por su nombre, un detalle inusual en inscripciones de la época. Este hecho sugiere que las mujeres desempeñaron un papel significativo en la iglesia primitiva, ya sea como benefactoras, líderes espirituales o figuras honorables en la comunidad.

Aunque los registros no ofrecen detalles específicos sobre el rol de estas mujeres, el mosaico menciona nombres como Primilla, Ciríaca, Dorotea y Chreste, además de Akeptous, quien donó una mesa para la sala de oración.

«Acuérdate de Primilla, Cyriaca y Dorotea, y por último, de Chreste».
La redacción de esta inscripción es inusual, ya que, normalmente, se pide a Dios que recuerde a los individuos.En este caso, se pide a la propia comunidad que recuerde a estas mujeres.No se sabe nada más de las mujeres aquí mencionadas.Aunque es evidente que eran importantes para la comunidad, la inscripción no nos dice si eran patronas de la comunidad (como Akeptous), mártires u honradas por alguna otra razón. Museum of the Bible

El Legado del Mosaico

El descubrimiento de este mosaico no solo destaca la coexistencia entre cristianos y romanos durante la ocupación de Judea, sino que también refuerza la importancia histórica del Valle de Jezreel, una región vinculada a eventos bíblicos como la profetizada batalla del Armagedón en el libro de Apocalipsis.

Tras años de estudio y restauración, el mosaico fue cuidadosamente dividido en secciones y transportado a Estados Unidos para su conservación y exhibición. Después de su exposición, regresará a Israel para ser colocado permanentemente en el lugar exacto donde fue encontrado.

Reflexión Final

Este hallazgo nos invita a reflexionar sobre los orígenes del cristianismo y cómo los primeros creyentes practicaban su fe en medio de la adversidad. También subraya el papel de la arqueología como puente entre el pasado y el presente, al ofrecer evidencia tangible que enriquece nuestra comprensión de la historia cristiana.

El Mosaico de Megiddo no solo es un artefacto histórico, sino también un recordatorio de la fe y devoción de quienes, hace dos mil años, proclamaban su creencia en Jesucristo Dios.